MICHAEL MOORE IN OCUPPY WALL STRETT

OCCUPY WALL STREET DAY 8, OCUPACIÓN DE WALL STREET DÍA 8

VIDEO OF OCCUPY WALL STREET (FIVE DAYS), HOY SE CUMPLEN 5 DÍAS DE OCUPACIÓN EN WALL STREET

POR QUE GRECIA Y QUIZÁS ESPAÑA NUNCA RECUPERARÁN EL BIENESTAR ANTERIOR A LA CRÍSIS ECONÓMICA

Articulo de Vicenç Navarro


El mayor problema que tiene la economía griega no es primordialmente de carácter económico o financiero. Es un problema político. Tiene que ver con el enorme poder que la banca ha tenido, y continúa teniendo, en la estructuración de la Unión Europea y de la Eurozona, así como en la génesis de la deuda pública de los países llamados despectivamente PIGS, cerdos en inglés, (Portugal, Irlanda, Grecia y España). Ahora bien, este poder de la banca ha contado con un gran aliado y cómplice: las clases más adineradas de los países de la Eurozona, incluyendo las de los países PIGS.

Veamos los datos, comenzando por las reglas que los bancos escribieron sobre las cuales se establecería la Eurozona. Estas reglas son las responsables de que Grecia nunca podrá (ni tampoco España) salir de la recesión a través de las políticas que se están siguiendo.

Una fue que los Estados, al incorporarse al euro, perdieron el control sobre su propia moneda. Es decir, que en momentos de recesión (cuando la economía está estancada), el estado griego no puede devaluar la moneda y con ello poder abaratar sus productos y venderlos más fácilmente al exterior, recuperándose a base de ello.

Suecia y Noruega, por cierto, se han recuperado de la recesión mucho mejor y más rápido que Finlandia, como consecuencia de que los dos primeros pudieron devaluar su moneda, lo cual no pudo hacer Finlandia al pertenecer al euro.

Otra regla es que, al integrarse al euro, los Estados dejaron de tener la potestad de imprimir dinero y establecer el precio del mismo.

Cuando un país está en recesión, su Banco Central imprime dinero y/o abarata el precio del dinero, disminuyendo así los intereses bancarios, facilitando que tanto los ciudadanos como los empresarios puedan conseguir préstamos con los cuales consumir bienes y servicios e invertir, y así producir empleo y estimular la economía.

Negarle al estado que tenga control sobre el crédito es imposibilitarle el poder estimular la economía. Una función de un Banco Central es, precisamente, la de garantizar el crédito, lo cual funcionó bien en la mayoría de países europeos hasta que llegó la moda neoliberal con el Presidente Reagan de EEUU y la Sra. Thatcher de Gran Bretaña, que hicieron creer a muchos gobiernos europeos que desregular el crédito era bueno para un país. El último caso que vimos fue Islandia, que conllevó un enorme problema, como también lo creó en los otros países que desregularon el crédito (que fueron la mayoría).

Y, por si fuera poco, la tercera regla era que un país no podía seguir políticas expansivas de gasto público. Es decir, un estado no podría gastar mucho para estimular la economía, pues el estado, según el criterio de Maastricht, no podía tener un déficit estatal mayor del 3% del PIB y una deuda publica mayor del 60% del PIB.

Claro que el criterio no decía cómo debía bajarse el déficit para alcanzar el número mágico del 3%. Pero insistieron en que los estados bajaran los impuestos como manera de estimular la economía, considerando erróneamente que los ricos, que eran los máximos beneficiarios de los recortes de impuestos, consumirían más que ahorrarían (de hecho, invirtieron en sectores especulativos). Esta insistencia en que el estado bajara los impuestos no dejaba al estado otra alternativa que la de recortar el gasto público. Esto eliminó la posibilidad de que el estado pueda estimular la economía mediante, por ejemplo, inversiones en áreas de creación de empleo.

Estas tres reglas hacen muy difícil, casi imposible, para Grecia (y para España), salir de la crisis. En realidad, estas reglas fueron muy importantes para que la crisis se presentara en Grecia con la gravedad con la que se ha presentado.

¿QUÉ PASA EN GRECIA? LA ALIANZA DE LA BANCA CON LOS RICOS

Una característica de Grecia, que comparte con España, es que ha estado gobernada por la ultraderecha por muchos años. La dictadura de los coroneles fue (como lo fue también la dictadura de los generales en España) una dictadura de los ricos en contra de las clases populares. Ello ha determinado que los ricos no tienen la costumbre de pagar impuestos. El fraude fiscal ha sido enorme, consecuencia de la laxitud del estado, que ha continuado controlado por los ricos durante la democracia que siguió a la dictadura. En 2010 sólo 15.000 griegos, de un total de once millones de ciudadanos, declararon al estado ingresos superiores a 100.000 euros al año, lo cual contrasta con la existente concentración de la riqueza y de las rentas, visible en los suburbios de las ciudades griegas. Se considera que casi la tercera parte de la renta nacional (la poseída por los ricos en su mayoría) no se declara.

Ello ha forzado al estado griego a endeudarse hasta la médula para pagar los gastos del estado (en infraestructura y en servicios públicos, así como en gastos militares que significan una carga muy importante en el presupuesto nacional). Esta deuda recoge también la deuda incurrida por los gobiernos militares, no elegidos democráticamente, y cuyo gasto militar lo tiene que pagar ahora el estado democrático. Éstas son las causas de que el estado griego tenga un problema de déficit del estado (12% del PIB) y de deuda pública, todavía mayor (150% del PIB). Pero esta realidad quedó, en parte, ocultada por el estado con la ayuda del banco Goldman Sachs.

El diario alemán Der Spiegel descubrió las ocultaciones de las cuentas nacionales que el estado griego (gobernado por las derechas) había realizado con la complicidad de aquel banco estadounidense (que recibió un pago por ello de 800 millones de euros). Es imposible que la Comisión Europea (cuya mayoría son de partidos de derechas), no lo supiera. Por cierto, el que era Vicepresidente para Europa del banco Goldman Sachs, que realizó operaciones financieras con el gobierno conservador griego para ocultar la situación real del déficit público del estado griego, el Sr. Mario Draghi será el nuevo Presidente del Banco Central Europeo, poniendo a la cabeza de este Banco (que es un lobby de la banca, en lugar de ser un Banco Central) a la persona que ayudó más al desfalco de las cuentas públicas del estado griego.

Cuando el gobierno socialista salió elegido descubrió estos problemas, indicando que el déficit y la deuda eran mucho mayores de lo que el gobierno conservador había indicado. El estado está enormemente endeudado. Los bancos alemanes y franceses, pero también los bancos griegos (donde los ricos griegos depositan su dinero) han comprado la deuda pública a unos intereses abusivos. Por cierto, la mal llamada ayuda a Grecia es para asegurarse que el estado griego pagará a tales bancos. Y la enorme austeridad impuesta a la población griega por parte del estado (77.000 millones de euros, de los cuales 28.000 millones serán en recortes de gasto público y 50.000 millones en privatizaciones del patrimonio nacional) es para poder pagar a los bancos.

EL EURO Y LA CRISIS

Este endeudamiento del estado griego es beneficioso para los bancos y también para los ricos que no pagan impuestos, forzando al estado a endeudarse aún más. Pero es también beneficioso para los ricos y para los bancos extranjeros, pues el estado se siente en la necesidad de privatizar sus propiedades (a unos precios irrisorios) con lo cual vemos una enorme demanda de euros por parte de bancos de inversión para comprar tales propiedades. En realidad, en contra de lo que constantemente se dice y se alarma, el euro está en muy buena salud (demasiado buena para los empresarios españoles que tienen problemas para exportar), y ello se debe a la enorme demanda de euros con los cuales se compra la privatización de los bienes públicos de Grecia (y de España). Véase el caso de las cajas de ahorros españolas, que se están vendiendo a unos precios muy bajos. Y todo ello con la ayuda del Estado. De ahí que las privatizaciones sean una estrategia impuesta por la banca a los países del euro como manera de conseguir la venta del patrimonio y servicios muy rentables de los países periféricos.

Vemos así como el enorme dominio de la banca explica que los estados periféricos estén estancados en su deuda sin poder salir de ella, lo cual no ocurre por incompetencia, sino por diseño, pues así consigue introducirse y conseguir mayor rentabilidad al comprar a precios muy bajos lo que antes era público. Cualquier lector de este artículo debiera indignarse. Por cierto, este artículo fue enviado a algunos de los medios de mayor difusión del país, ninguno de los cuales consideró oportuno publicarlo.

Agradecería al lector que lo distribuyera lo más ampliamente posible.


Vicenç Navarro ha sido Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona. Actualmente es Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Pompeu Fabra (Barcelona, España). Es también profesor de Políticas Públicas en The Johns Hopkins University (Baltimore, EEUU) donde ha impartido docencia durante 35 años. Dirige el Programa en Políticas Públicas y Sociales patrocinado conjuntamente por la Universidad Pompeu Fabra y The Johns Hopkins University. Dirige también el Observatorio Social de España


LA TOMA DE WALL STREET CRÓNICA INTERESANTE

Se les esperaba a las 12 del mediodía del sábado 17 de setiembre pero dos horas antes Wall Street ya era un fortín. Protegido por policías y vallas metálicas, el corazón financiero del mundo parecía dispuesto para repeler el ataque más violento de una horda de salvajes. Estos nunca llegaron pero sí lo hicieron alrededor de mil personas que se reunieron pacíficamente en un parque cercano para protestar contra la corrupción, los recortes presupuestarios y la falta de esperanza en el futuro.

Llegaron con la idea de acampar durante varios meses al igual que “sus hermanos y hermanas en Egipto, Grecia, España e Islandia”. ¨Comparado con Barcelona, aquí son cuatro gatos”, comentó Jordi Prat, un turista español que pasaba por la zona de casualidad, “pero no te esperas algo así en Estados Unidos. Uno piensa que aquí la economía está mejor que en España. También sorprende bastante la de policías que hay, parece que haya más policías que manifestantes”.

Y como no podía ser de otra manera en Estados Unidos, la religión también hizo acto de presencia. “Estamos aquí como cristianos para demostrar que estamos en contra de la injusticia económica”, dijo Roisin Duffy-Gideon, una de los diez “capellanes” que vino de Boston para apoyar la manifestación. “Jesús vino a la tierra a liberar a los pobres y a los oprimidos y no para proteger a los bancos codiciosos”.

El reverendo Billy se dirige a los asistentes a la protesta contra Wall Street en Nueva York (J. G.)

A la una de la tarde los organizadores habían programado un pequeño sermón a cargo del artista Reverendo Billy, famoso por su aparición en el documental anticonsumista ¿Qué compraría Jesús? y que actualmente dirige una iglesia ambientalista.

Delante del Museo del Indio Americano, Mat, un carpintero de Iowa con mochila y esterilla dispuesto a quedarse hasta que lo echen, escuchaba y respondía a los gritos del Reverndo Billy. “Estoy aquí para apoyar a mis hermanos en la lucha contra el régimen corrupto de mi país. Estoy aquí porque esta gente creó un agujero negro de un billón de dólares tres años atrás. Fue un fraude sistemático y corrupto y no han pagado por ello.”

Precisamente la administración Obama interpuso una denuncia contra 17 bancos de Estados Unidos el pasado 2 setiembre por considerar que habían actuado de manera irresponsable durante la burbuja inmobiliaria.

Mat, sin embargo, no confía demasiado en el Sistema: “tenemos dos raseros a la hora de hacer justicia en este país, algo totalmente en contra de lo que me enseñaron acerca de este país cuando era pequeño”. Un sentimiento parecido es el que expresó Rheannony Ball, una universitaria de 19 años procedente del barrio neoyorquino de Brooklyn cuyos padres están en el paro y viven en la calle. “Estoy aquí porque estoy pagndome la universidad y nunca podré acceder a un seguro médico”, explica. “Todo esto tiene que ver con Wall Street, si tan solo una minúscula cantidad del dinero que se les dio a los banqueros hubiera sido para los estudiantes, si la riqueza se repartiera tan sólo de una manera un poquito más justa, mucha más gente estaría más contenta de ser ciudadana de este país”. Todo esto pasaba a la vez que The New York Times anunciaba que el lunes el presidente Barack Obama haría un llamamiento al Congreso de EE.UU. para subir los impuestos a quienes ganen más de un millón de dólares al año. De aprobarse, algo que difícilmente permitirán los republicanos, sería llamada la “Ley Buffet”, en referencia a la petición de subir los impuestos a los “megaricos” que hizo el multimillonario Warren Buffet hace cosa de un mes.

El anuncio llega pocos días después de que la Oficina del Censo diera a conocer que el número de pobres ha alcanzado el nivel más alto desde 1993. Sólo el año pasado se incrementó en 2,6 millones. Al fin de 2010, 46,2 millones de personas (el 15,1% de la población norteamericana) vivían por debajo de la línea de la pobreza que en ese mismo año, en EE.UU. estaba en 22.314 dólares para una familia de cuatro personas.

El mismo informe señala que de los 17 millones de mujeres pobres que viven en EE.UU, 7,5 millones lo hacen en condiciones de pobreza extrema. Los niños también han salido mal parados con la crisis. A pesar de que solo son el 24,4% de la población, un 35,5% de ellos son pobres. Es decir, EE.UU. tiene 16,4 millones de niños bajo la línea de la pobreza, 900.000 de los cuales han sido arrastrados a ella en el último año.

Las minorías étnicas también se han visto especialmente afectadas. Entre los afroamericanos la pobreza ha pasado del 25% en 2009 al 27% en 2010. Los hispanos han subido un punto porcentual hasta el 26% y los blancos pobres han pasado de ser el 9,4% al 9,9. Según un análisis de la Institución Brookings, si la pobreza sigue aumentando al mismo ritmo, a mediados de esta década 10 millones de personas másvivirán por debajo de la línea de la pobreza.

“La gente tiene miedo. A mi generación y a la de mis padres se nos ha hecho creer que gritar y enfadarse por algo es malo, que te arrestarán, que irás a la prisión. Pero esto es lo que tenemos que hacer”, dijo Ball.

A las 3 de la tarde la manifestación se dirigió al Zuccotti Park, también cercano a Wall Street, gritando proclamas como “Los bancos fueron rescatados, nosotros fuimos vendidos”, o “Democracia y no corporatización” y “Fin a la oligarquía”.


“Hubiera venido más gente si no hubiéramos elegido una zona tan militarizada”, razonó Luis, uno de los organizadores y profesor universitario español que trabaja en Nueva York. “La gente tiene miedo de la policía porque tal y como se puede ver en video, en este país la policía te puede detener ilegalmente”. Luis se refiere a un grupo de organizadores que ensayó la ocupación de Wall Street el pasado uno de septiembre y acabó pasando la noche en comisaría.

Una pancarta, con la imagen de la calavera recubierta de diamantes del artista Damien Hirst, y la leyenda "Wall Street está destruyendo América" (J. G.)

La marcha, que no llegó a pasar frente a la Bolsa de Nueva York, porque se cerraron los accesos (J. G.)

El sitio lo eligió la revista canadiense anticonsumismo Adbusters cuando hace un par de meses hizo un llamamiento a ocupar Wall Street. Según Luis, la Asamblea General de Nueva York (NYCGA), formada por españoles inspirados por el 15-M junto con otros movimientos similares ya existentes en la ciudad aprobó responder al mismo.

Un momento de la asamblea general (Jose Guzmán)

“Cuando en la NYCGA decidimos organizarlo junto con otros grupos, de repente, Anonymus se une en internet y luego aparece una web llamada occupywallst.org. Esto es un movimiento plural, horizontal y descentralizado”, explicó Luis.

Asimismo, la diversidad de organizaciones con sus respectivos objetivos que asistió a la manifestación ocupó todo el espectro. En los extremos se pudo ver anarquistas y algún seguidor del político de derechas Ron Paul, descrito por la izquierda norteamericana como el abuelo del Tea Party. En medio, organizaciones como US Day of Rage, interesada en reforzar el derecho de reunión y el de libertad de expresión, y Platypus, una asociación centrada en la creación de grupos de intelectuales de izquierdas con fines educativos en las universidades norteamericanas.

PERIODISMO HUMANO UN GRAN TRABAJO VISITAR SU WEB


a desperate man in Greece is on fire during the protest against the banks, Un hombre desesperado se prende fuego en Atenas

UN POCO DE HUMOR INGLÉS SOBRE LA CRISIS FINANCIERA





LA VERDAD SOBRE EL 11/S, THE TRUTH ABOUT SEPTEMBER 11 VIDEO



La verdad de momento es que a parte del ataque de los aviones hubieron demoliciones controladas de los edificios y cada día son más los técnicos y arquitectos que así lo creen. Se acompañó la tragedia del ataque terrorista, probablemente conocido y no intervenido hacia un impacto mayor con el derrumbamiento de tres edificios para justificar mayores pérdidas de libertad en el futuro, mayor control de la privacidad, la intervención militar en Irak, así como la aprobación de grandes presupuestos para gasto del complejo industrial militar.




MANIFESTACIÓN MULTITUDINARIA EN BRASILIA CONTRA LA CORRUPCIÓN POLÍTICA

PROPUESTAS ESPAÑOLAS PARA LAS REIVINDICACIONES MUNDIALES 15 M

MANU CHAO ARENGA A LA OCUPACIÓN DE WALL STREET CONCIERTO NUEVA YORK 4 DE SEPTIEMBRE

SUPRIMIDO EL DERECHO DE REUNIÓN Y ASAMBLEA EN ESTADOS UNIDOS




Personal Information for Pittsburgh Chief of Police, who deemed this to be an unlawful assembly, even though no where in his job description or anyone elses that allows such un American actions. Give em hell boys!!!

El nuevo orden mundial será este.

ESTADOS UNIDOS CONTRA WALL STREET Y SUS ESPECULADORES, AMERICA SE MUEVE DE NUEVO








Nurses Protest in 60 Cities, Demanding Tax on Wall Street
Mischa Gaus | September 2, 2011


Thousands of nurses and supporters descended on their local Congressional offices nationwide Thursday, demanding Wall Street pay for the crisis it created. In Boston, a town crier in colonial dress read an indictment of Wall Street’s sins against the


The 60 protests in 21 states targeted both Democrats and Republicans, with austerity champions like Eric Cantor of Virginia and Michelle Bachmann of Minnesota singled out for special attention. A blockade outside Cantor’s office forced his staffers to meet with a delegation, a request they had repeatedly refused.

Soup kitchens outside Congressional offices highlighted the devastation wrought by the economy’s collapse and worsened when politicians rip into social programs. Hundreds lined up outside Democratic leader Nancy Pelosi’s San Francisco office to receive a meal.

Katie Oppenheim of the Michigan Nurses Association joined a group that served a meal in Jackson. When the nurses attempted to talk with Republican Tim Walberg, the receptionist would speak with them only from behind her bulletproof glass.

“This is one more fight among many in the country to convince corporate America we will not back down,” said Oppenheim, who chairs the professional nurse council at the University of Michigan health system.


Tax Wall Street

National Nurses United led the demonstrations, the latest leg of the union’s campaign for a “Main Street Contract.” The nurses are calling on politicians to enact the contract in order to stimulate the economy and get people back to work. Its centerpiece is a half-percent federal tax on Wall Street transactions, which the union says could generate up to $350 billion a year. (Stock and bond transfers and derivative trading would be targeted; common transactions like 401k contributions would not.)

“This is a sales tax on the business Wall Street does,” said NNU co-president Jean Ross. “It would disincentivize the extreme gambling they do.”

The union sees that money as a down payment on all kind of priorities: keeping millions of people in their homes, funding schools, restoring environmental protections, providing Medicare for all, and bolstering Social Security.

The figure would also represent about a quarter of the savings the Congressional debt-cutting “Super Committee” is charged with reaching.

The idea is popular overseas, already in place in 15 countries and likely to spread further. Conservative governments in both France and Germany have signaled they will propose it to the European Union this month.

Thursday’s protests pointed out one reason why members of both parties in the U.S. are more interested in tightening belts around working people’s already-thin waistlines than they are in taxing Wall Street: Wisconsin Republican Paul Ryan and Colorado Democrat Michael Bennett have both taken $2.4 million in contributions from Wall Street since 2000, for instance.

In Boston, a town crier in colonial dress turned heads in a busy downtown square as he read an indictment of Wall Street’s sins against the country, surrounded by nurses in their Massachusetts Nurses Associations scrubs.

Betsy Prescott, a nurse at St. Elizabeth’s Medical Center in Boston, said the attention-grabbing tactics are an effective part of a larger education strategy. She cited the California nurses’ Queen Meg campaign, which sent a regal actor out to dog ex-Ebay CEO Meg Whitman when she ran for governor last year. The actions reframed Whitman’s run as a coronation she was attempting to purchase with her millions (she lost).

NNU secretary Martha Kuhl, who is locked in a long fight against health care concessions along with fellow nurses at Oakland’s Childrens hospital, said the nationwide actions help answer critics who say, “I’m suffering, why shouldn’t you?”

“Instead, we can say, let’s stand up together,” Kuhl said. “Everybody deserves what’s in our Main Street Contract.”

Prescott said she joined the protest because the woes are too big to ignore: Her hospital is laying off transporters who move patients to and from units, while it’s hiring into its corporate offices. Pleading poverty, Massachusetts is considering limiting elderly patients’ access to hospital beds. And a family friend is foregoing breast cancer medication because she can’t afford it.

“If we expect to be able to do our job, taking care of the sick and sending them home to get better, we have to heal the society,” Ross said.